Tom Popper (Jim Carrey) es un adicto al trabajo, se dedica a los bienes raíces y presume de ser el mejor en lo que se refiere a la compraventa de inmuebles, vive en un lujoso apartamento en Nueva York y tiene una asistente tan eficaz que parece leer sus pensamientos. Es en su familia donde las cosas no marchan bien para Tom. Poner el trabajo por encima de sus deberes como esposo y padre ha resultado en la ruptura de su matrimonio y sus hijos no desean pasar con él ni siquiera el fin de semana que les corresponde. Su vida es monótona y solitaria a tal grado que, al terminar el fin de semana exclama aliviado: ¡Es lunes, gracias a Dios! El deseo más grande de Tom Popper es reconquistar a su ex-esposa Amanda (Carla Gugino) y el cariño y la confianza de sus hijos, la adolescente Janie (Madeline Carroll) y el pequeño Billy (Maxwell Perry Cotton).
El papá de Tom es un explorador que pasó el tiempo viajando a lugares exóticos y que, al morir, le deja como herencia unos pingüinos muy especiales que provocan un caos en su apartamento pero, al mismo tiempo, lo motivan para reacomodar sus prioridades y componer su vida familiar.
Basada ligeramente en el libro de Richard y Florence Atwater de 1938, esta comedia ligera mantiene el tono amable y deja un claro mensaje en el sentido de poner orden en las prioridades de la vida, colocando a la familia antes que el trabajo y el prestigio profesional.
El papá de Tom es un explorador que pasó el tiempo viajando a lugares exóticos y que, al morir, le deja como herencia unos pingüinos muy especiales que provocan un caos en su apartamento pero, al mismo tiempo, lo motivan para reacomodar sus prioridades y componer su vida familiar.
Basada ligeramente en el libro de Richard y Florence Atwater de 1938, esta comedia ligera mantiene el tono amable y deja un claro mensaje en el sentido de poner orden en las prioridades de la vida, colocando a la familia antes que el trabajo y el prestigio profesional.
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